Sentirnos tristes forma parte de la vida, igual que sentir alegría. Somos seres emocionales y no podemos escapar a los sentimientos, además sería una pena hacerlo, ya que nos perderíamos muchos grandes momentos vitales.
El problema viene cuando las emociones se vuelven negativas durante mucho tiempo, nos sentimos tristes casi todo el día y eso dura muchos días, tenemos que estar alerta para que esa tristeza no se convierta en una depresión. Por eso es importante detectar este problema desde su inicio.
Los factores que desencadenan una depresión son diversos según el tipo de depresión, pero hay aspectos comunes que comparten los trastornos depresivos y que debemos tener en cuenta.
Primeros síntomas
Los síntomas que más identificamos suelen ser la tristeza, desinterés, llanto muy frecuente, inactividad, aislamiento, pero esos síntomas aparecen cuando la depresión ya está instaurada en nosotros, lo ideal es poder reaccionar antes de que la tristeza se intensifique y cobre fuerza. Hay síntomas precoces que nos pueden poner en alerta, no significa que si los tenemos vayamos a sufrir una depresión, pero hay que estar atentos para que no avancen:
Cansancio general ante actividades cotidianas y sin motivo aparente.
Pérdida de apetito.
Pérdida de ilusión por lo que antes nos gustaba.
Falta de atención y concentración, despistes inusuales.
Insomnio, tanto dificultades para conciliar el sueño, como despertares precoces.
10 Consejos para prevenir la depresión
La vida a veces nos hace pasar por situaciones objetivamente difíciles, como separaciones, muertes cercanas, enfermedades, traumas, ante estos hechos es normal que el estado de ánimo se afecte negativamente, pero es importante que hagamos una buena gestión de estas situaciones para que no se prolonguen en el tiempo y den lugar a trastornos depresivos. Nuestras conductas, rutinas y el ambiente en el que nos movemos, pueden ayudar a prevenirlo.
Fomentar las relaciones sociales, los familiares y amigos son muy importantes. Es importante dedicar al ocio una parte de nuestro tiempo, conectar con aquellas personas que nos aportan bienestar y de las cuales disfrutamos. Tener un buen círculo social hace que nos sintamos apoyados y valorados.
Tener hobbies y pasiones que nos ilusionen, del tipo que sea, pero que conecten con nuestro interés y nos realicen. Los estímulos intelectuales son muy importantes para mantener nuestra mente activa.
Cuidarnos, el aspecto físico es importante, si nos vemos bien, a nuestro gusto, nuestra autoestima saldrá fortalecida y nos hará sentir mayor seguridad en nosotros mismos.
Hacer ejercicio también puede ayudar de forma natural a nuestro bienestar. La actividad estimula la secreción de endorfinas que nos hacen sentir mejor y nuestra salud física también se verá beneficiada.
Atender a nuestra alimentación, comer lo suficiente y de forma saludable, ayuda a mantenernos sanos y sentirnos fuertes.
Dormir lo suficiente siempre y en horarios regulares con buenos hábitos de sueño.
Asegurarnos de tener en nuestra vida personas y actividades que nos aporten alegría y buenos momentos. A veces toca hacer cambios, reiniciar, conocer gente nueva, involucrarse en actividades que nunca hemos hecho, pero que siempre hemos querido probar, buscar nuevas experiencias y nunca renunciar a la búsqueda de nuestro bienestar.
Controlar la ansiedad. La ansiedad es una respuesta sana y adaptativa que se convierte en un problema cuando aparece de forma desproporcionada ante situaciones que no lo requieren, los cambios que provoca esta respuesta a nivel fisiológico y cognitivo producen tanto malestar que puede acabar desencadenando un trastorno depresivo.
No descuidar el contacto con la naturaleza, en la intensidad que se prefiera, contemplarla, respirar aire puro, disfrutar de los ruidos y olores del campo ayuda a la desconexión y reflexión.
Hacer un repaso diario de aquello que nos ha aportado algo gratificante o de un logro personal que hayamos tenido, por pequeño que sea, valorémoslo.
No dejes que tu tristeza se convierta en depresión. Déjate ayudar. #eidem #depresión #consejos