Autora: Izaskun Galilea
Cuando la tristeza se convierte en DEPRESIÓN
No debemos confundir un estado depresivo con la tristeza. Ante determinadas situaciones duras de la vida es normal que nos sintamos tristes. Una separación de pareja, la muerte de una persona querida, la soledad, son momentos difíciles en la vida que normalmente provocan dolor, pero no tienen porque suponer un trastorno.
Cuando esa tristeza se prolonga en el tiempo y se hace cada vez más profunda, cuando realmente ese estado emocional interfiere en nuestra vida diaria y nos impide hacer las cosas que antes hacíamos, o no nos deja ser felices, es cuando podemos hablar de un estado depresivo.
Cuanto más dejemos avanzar ese malestar sin tomar medidas, más difícil será después llegar a superarlo.
SINTOMAS
Una profunda tristeza, desesperanza y falta de motivación general, son los síntomas más relevantes. Podemos clasificarlos en 3 grupos:
Conductuales: Aislamiento social, inactividad física, lentitud de movimientos…
Fisiológicos: Llanto frecuente, agotamiento general, insomnio, pérdida de apetito, falta de deseo sexual, dolor de cabeza, nauseas, dolor de estómago, mareos…
Cognitivos/Pensamientos distorsionados: “El mundo es demasiado duro para mí”, ”soy inútil”, “nunca seré feliz”, ”no conseguiré nada”, “todo me sale mal”, “es culpa mía”, “no veo salida”.
CAUSAS DE LA DEPRESIÓN
Pensamos que son los sucesos de nuestra vida los que nos provocan alteraciones en nuestro estado de ánimo y nos llevan a sufrir un trastorno depresivo. Sin embargo, pensemos en una situación como puede ser una ruptura de pareja, en condiciones normales, para todo el mundo es una situación difícil y provoca incertidumbre, miedo y tristeza, pero algunas personas los superan en unos meses, mientras que otras personas entran en una gran depresión, que puede llegar a durar años.
¿Qué diferencia un caso de otro? Pues la principal diferencia es la interpretación que hacemos de esa realidad, lo que nos contamos al respecto, es decir, nuestro dialogo interno.En el ejemplo anterior, cuando nos culpabilizamos de la separación o nos hablamos con dureza y desesperanza ante el futuro, nuestro ánimo se hunde y sentimos que no podemos controlarlo. Todo esto nos provoca cansancio y nos lleva a perder las ganas de realizar actividades gratificantes, lo cual alimenta aún más la negatividad de nuestra estado anímico.
CÓMO ENFRENTARSE A LA DEPRESIÓN
Los pensamientos negativos y catastrofistas que percibimos que aparecen de forma automática cuando nos enfrentamos a una situación difícil, son los responsables de nuestro estado de ánimo.
Desde la intervención cognitivo conductual, trabajamos la Terapia Racional Emotiva, tratando de identificar todos esos pensamientos erróneos, comprobando como afectan a nuestro animo y cuestionándolos, para lograr que finalmente se produzca un debate interno, según el cual la persona puede controlar sus pensamientos y a través de ellos sus emociones.
Este trabajo cognitivo supone un proceso de aprendizaje, ya que no estamos habituados a identificar pensamientos, sino a dejarnos llevar por nuestro estado emocional.
Otro aspecto a cuidar es la búsqueda de reforzadores positivos en la medida que comencemos a realizar actividades gratificantes, nuestro estado de ánimo se verá beneficiado e iremos recuperando las ganas de retomar nuestra vida y seguir disfrutando de ella.
Si llevas tiempo sufriendo este estado emocional tan negativo y sientes que no puedes salir de esa situación por ti mismo, busca ayuda profesional, en eidem nuestras profesionales pueden ayudarte.
Te mereces ser feliz, comienza a trabajar por tu bienestar cuanto antes.