Autora: Pilar Hernández
HACER BALANCE
2014 está llegando a su fin y como cada año parece apropiado hacer balance, valorar lo ocurrido, cerrar puertas e intentar abrir otras nuevas, con ilusiones y nuevos proyectos.
Es cierto que solemos empezar el año cargados de nuevas intenciones aunque luego en realidad y según van pasando los días, esas ideas se van desinflando al meternos en la vorágine de lo cotidiano.
Todos hacemos balance y tenemos pensamientos en la cabeza sobre una innumerable lista de cosas por hacer, que nos gustaría hacer y que o por falta de tiempo o por falta de constancia o porque realmente es imposible llevarlo a cabo, finalmente no lo hacemos.
¿Somos racionales en nuestros propósitos o nos dejamos llevar por las emociones?
EL PAPEL DE LAS EMOCIONES Y LOS PENSAMIENTOS
Para aquellos que se dejan llevar por la emoción y planean multitud de propósitos muchas veces imposibles, se debe tener especial cuidado con la frustración que origina en el ser humano el pretender y no conseguir o como se suele decir “tener el listón demasiado alto”.
En estos casos sería útil acudir a las herramientas que nos proporciona la terapia cognitivo conductual en relación a la presencia de pensamientos dañinos con respecto a nuestros propósitos y como desarrollar las habilidades necesarias para combatirlos.
Nos evitaríamos sufrimiento innecesario si no llegáramos a producir falsas conclusiones sobre los acontecimientos cotidianos. Son nuestras interpretaciones de las situaciones las que nos generan la frustración, depresión, ansiedad o cólera de manera desmesurada.
Entre las situaciones y las emociones que todos vivimos existe una “autocharla” más o menos irreal que normalmente pasamos por alto sin atribuirle la importancia que se merece.
Los expertos en estas cuestiones y creadores de esta teoría (allá por el año 1961), Ellis y Beck, lo tenían muy claro. La ansiedad y la depresión aparecen cuando esta autocharla se basa en “pensamientos deformados.
LOS 14 PENSAMIENTOS DEFORMADOS
FILTRAJE: Se toman los detalles negativos y se magnifican mientras que no se tienen en cuenta los positivos. Las personas que cometen esta distorsión del pensamiento en su lenguaje utilizan palabras del tipo “terrible, tremendo, desagradable u horroroso”
PENSAMIENTO POLARIZADO: todo se percibe en términos extremos, bueno o malo, maravilloso u horrible, blanco o negro. O soy perfecto o soy un fracasado. En estos casos una simple equivocación puede suponer creerse un incompetente o un inútil.
SOBREGENERALIZACIÓN: a partir de un simple incidente, se extrae una conclusión general. Si se te escapa un punto al hacer ganchillo piensas que ya nunca aprenderás a hacer labores. Es propio de esta distorsión encontrarnos con palabras como “nunca, todo, siempre, ninguno, nadie…”
INTERPRETACIÓN DEL PENSAMIENTO: Se trataría de hacer juicios repentinos sobre las personas, pensando que nosotros sabemos sobre los demás. Es hacer suposiciones sobre lo que piensan los otros y el porqué lo hacen. Cuando las personas imaginamos lo que el otro siente o piensa no nos molestamos en mirar o escuchar con atención.
VISIÓN CATASTRÓFICA: Se espera el desastre. Los pensamientos catastróficos a menudo empiezan con un “y si..”¿Y si me rompo la pierna esquiando? La lista es interminable y la imaginación catastrófica fértil no tiene límites.
PERSONALIZACION: Es la tendencia a relacionar algo del ambiente conmigo mismo. Los que acuden a esta distorsión tienen el hábito de compararse continuamente con los demás. Constantemente se fuerzan a probar su valor en relación a los demás. Si en la comparación resulta vencedor gozará de alivio pero si resulta perdedor se sentirá humillado.
FALACIA DE CONTROL: Hay personas que se ven a si mismas impotentes, indefensas pues creen que no tienen control sobre sus vidas y que son los demás los responsables de su dolor y sus fracasos y otras personas en el otro polo se sienten culpable de todo lo que ocurre, llevan el mundo a sus hombros y de ellos depende la felicidad de los demás.
LA FALACIA DE JUSTICIA: Todas las personas tenemos nuestro propio sentido de la justicia. La justicia es algo subjetivo en la medida que uno lo espera, necesita o desea como según su justicia deberían de ser las cosas. Nunca habrá un juez que pueda ayudar a dos personas a ponerse de acuerdo sobre lo que es justo. Esta distorsión genera mucho enojo.
FALACIA DEL CAMBIO: Los únicos que podemos cambiar somos nosotros mismos. No se puede esperar a que los otros cambien. Esta distorsión supone el pensar que si presionamos al otro, este cambiara. Pensar que nuestra felicidad depende de los demás es un error. La felicidad depende de miles de grandes y pequeñas decisiones que cada persona toma a lo largo de su vida.
ETIQUETAS GLOBALES: No hagamos juicios globales. No podemos convertir nuestra visión del mundo en estereotipos.
CULPABILIDAD: Necesitamos buscar los culpables de lo que nos ocurre. Si alguien esta solo o atemorizado es porque alguien es el responsable.
LOS DEBERIAS: La persona posee una lista de normas rígidas sobre como comportarse él y los demás. Existen un sinfín de deberías en nuestro repertorio: debería ser generoso, debería ser amante, amigo, padre, profesor perfecto, debería ser capaz de soportar cualquier penalidad, debería conocer y preveerlo todo, no debería equivocarme
TENER RAZON: La persona se pone normalmente a la defensiva teniendo que probar continuamente que su punto de vista es el correcto. Sus opiniones nunca van a cambiar por escuchar nuevas informaciones.
FALACIA DE LA RECOMPENSA DIVINA: La persona espera cobrar día todo el sacrificio y abnegación, como si hubiese alguien que llevara las cuentas. La recompensa nunca llega.
Analiza tus pensamientos para el 2015 y reestructúralos si así lo necesitas. Es seguro que vivirás mas feliz. En eidem podemos ayudarte. !!!!!Feliz 2015!!!!