CUÁNDO ACUDIR AL PSICÓLOGO
Algunas personas que acuden a consulta, nos preguntan ¿Tengo un problema? ¿Lo mío es de psicólogo? Como si necesitasen saber si están enfermos o no. Lo primero que les aclaramos es que los psicólogos no sólo tratamos trastornos, somos especialistas en conducta y por tanto podemos ayudarles a modificar cualquier comportamiento o tendencia de pensamiento que les provoca malestar.
La idea de que sólo van al psicólogo las personas que tienen una grave enfermedad mental es un mito que esta profesión lleva muchos años padeciendo. Esta idea hace que en muchas ocasiones las personas se demoren a la hora de buscar ayuda y cuando por fin acuden, es mucho más costoso solucionarlo. Cuanto más tiempo llevemos conviviendo con patrones conductuales o cognitivos erróneos, mayor será el hábito erróneo de comportamiento, y por tanto más difícil será de modificar.
UN AMIGO O UN PSICÓLOGO.
Hay una tendencia a pensar que uno va al psicólogo a hablar, y para eso con un amigo vale. Desde la orientación Cognitivo conductual que trabajamos en Eidem, las personas no vienen a hablar, sino a trabajar para cambiar las conductas desadaptativas o que le provocan malestar. El psicólogo te aporta herramientas y te enseña a utilizarlas para que tu mismo acabes superando la dificultad.
Los amigos son importantes, ya que somos seres sociales y el apoyo de los demás nos reconforta. Un amigo puede dar un consejo en base a su experiencia y su intuición, pero carece de las herramientas profesionales adecuadas para cada caso concreto.
Por otro lado, un amigo es alguien que nos quiere y que tienen un vínculo emocional con nosotros, por ese motivo no puede ser objetivo, puede dejarse llevar por el cariño, la rabia o un sinfín de sentimientos que le unen a nosotros, por lo que sus consejos siempre van a estar mediatizados por esa implicación emocional, la objetividad es un aspecto fundamental en psicología. Ese es el motivo por el que un psicólogo nunca debe tratar familiares, amigos o personas con las que le une algo más que la relación terapéutica. Cualquier otro vínculo que contamine esa relación puede ser incluso perjudicial para ayudar a superar un problema.
CÓMO PUEDE AYUDARTE UN PSICÓLOGO
Tanto si necesitas una orientación breve, como si tu dificultad requiere de una intervención más profunda, un psicoterapeuta te ofrece:
· Un análisis profesional y objetivo de los factores que han originado o que están contribuyendo al mantenimiento de tu malestar.
· Te ofrecerá una explicación acerca de tu problema y te pedirá que trabajes por superarlo, dándote las herramientas que necesites para ello según tu caso.
· Hará un seguimiento de tu situación reconduciéndote los posibles errores y apoyando las dificultades que puedan aparecer en el proceso.
· Al final de la terapia, no sólo te sentirás mejor, sino que además habrás aprendido diferentes estrategias cognitivas y conductuales para poder enfrentarte a futuras dificultades.
MOTIVOS DE CONSULTA
Los motivos más frecuentes por los que la gente acude a consulta, suelen ser los trastornos de ansiedad, depresión, problemas de conducta en niños y adolescentes, dificultades de relación de pareja. Pero ir al psicólogo no implica necesariamente iniciar un proceso de psicoterapia, a veces es suficiente con una orientación, según la gravedad del problema.
Todo el mundo en algún momento de la vida puede necesitar acudir a un psicólogo. A veces pasamos por situaciones vitales difíciles que pueden superarnos y nos hacen psicológicamente vulnerables, en esos momentos podemos necesitar que alguien desde fuera y con la distancia emocional que puede poner un profesional, nos oriente para tomar el camino correcto hacia nuestro bienestar.
Estas pautas pueden orientarte acerca de la necesidad de buscar ayuda:
· Tienes una serie de síntomas que hacen que no disfrutes de la vida como antes.
· Tu malestar es cada día mayor y afecta a tu día a día.
· Sientes que estás superado por tus dificultades y no encuentras salida.
· Tienes dificultades para controlar tus emociones, tiendes a ponerte triste y no sabes por qué, te pones agresivo y no puedes evitarlo, tu ansiedad se dispara, te preocupas excesivamente por todo y esa falta de control te provoca un gran malestar.
· Tienes sensación de fracaso en la vida, y sientes que no eres capaz de controlarlo.
· Te sientes inseguro en situaciones sociales, te afecta mucho lo que otros opinan de ti, te sientes inferior al resto de la gente, a veces te inhibes o evitas relacionarte.
· Las personas te irritan y no toleras algunos de sus comportamientos siendo incapaz de controlar tu ira hacia ellas.
· Te sientes culpable de lo que te pasa y en ocasiones también de lo que les pasa a las demás personas de tu entorno.
· No te permites fallar en nada, un fracaso es un desastre en tu vida por el que te castigas.
· Tus problemas no mejoran a pesar de tus esfuerzos y de la ayuda de las personas que te rodean
· Tienes dificultades para relacionarte y comunicarte de forma adecuada con tu familia o con tu pareja y vives situaciones emocionalmente complicadas.
· La conducta de tus hijos te supera, no sabes cómo manejarla.
· Tu comportamiento puede perjudicarte a ti mismo o a otras personas y no lo puedes controlar.
En resumen, como ves, un psicólogo puede ayudarte en multitud de circunstancias difíciles que puedes atravesar en tu vida. Ya sean más o menos graves, si te producen malestar emocional, debes buscar ayuda y trabajar por solucionarlo. Ponte en manos de un profesional y trabaja por tu felicidad.