Todas las personas, en algún momento de la vida, nos marcamos metas, objetivos o tenemos deseos que queremos cumplir. Conseguir un empleo, un nuevo proyecto, salir de una situación difícil, finalizar una relación de pareja o cursar unos estudios…Pero no siempre se llegan a realizar.
El éxito va más ligado a la estrategia que diseñemos que al factor suerte. Trataremos de dar algunas pautas que puede ayudar a conseguir nuestras metas.
Definir nuestro objetivo con claridad
Saber lo que se quiere y por qué lo queremos es vital. Hay que tenerlo claro y presente en todo momento, pues es el motor que nos va a seguir impulsando en los momentos de duda o desmotivación.
Al mismo tiempo, evitará que nos dispersemos o perdamos el rumbo en otras tareas que no son nuestro objetivo final.
Ponerlo por escrito
El escribir nuestro propósito ayuda a centrar ideas, a dimensionar lo que supone marcarnos esa meta y a reflexionar sobre ella para ver otros aspectos que en un primer abordaje a veces no se aprecia.
Por otro lado, al escribirla toma cuerpo y se hace más real.
Evalúa, toma decisiones y actúa
Llegado a este punto hay que evaluar, contemplar los pros y los contras, tomar decisiones y sobre todo ponernos manos a la obra.
Esta parte no es fácil. ¿Por qué?
La mayoría de las veces nos obliga a salir de nuestra zona de confort, aventurarnos en zonas desconocidas y modificar rutinas que ahora no nos valen para la nueva meta marcada.
Estos cambios también tienen sus repercusiones en el entorno, en las personas que nos rodean. No siempre son bien aceptados o no se entiende, dado que directa o indirectamente también les afecta.
Hay que poner una buena dosis de esfuerzo. El seguir un itinerario marcado supone constancia, cambiar las prioridades que teníamos y a veces desestimar el camino fácil.
Marcarnos plazos
El definir fechas es imprescindible para evitar dilatarnos en el tiempo. Con esto evitamos desmotivarnos y nos ayuda a comprometernos con los tiempos marcados. Las metas cortas son más fáciles de abordar, pudiendo disfrutar de los pequeños logros que vamos consiguiendo, lo que suponen una inyección de motivación extra cuando las vamos logrando.
Durante el camino, párate y contrasta los resultados.
Esto es algo vivo. Si todo va según lo trazado continuamos, si no tendremos que replantearnos la estrategia y hacer algunos cambios, pero sin perder de vista el objetivo que nos habíamos marcado. Es normal que tengamos que hacer ajustes. Lo que NO nos sale bien también es una oportunidad para el aprendizaje.
Para “acertar” hay que prepararse y estar dispuesto a equivocarse. Pero sobre todo tenemos que confiar en nosotros, perseverar y tener siempre presente el objetivo final y el por qué queremos llegar a él. A veces es difícil, pues podemos no encontramos en el mejor momento, podemos haber pedido el rumbo o no tener los objetivos claros. En eidem podemos ayudarte.
Lograr nuestros sueños pasa por dar el primer paso y creernos que es posible. ¿Te atreves a empezar?