Las emociones forman parte de nuestra vida. Eso es lo que nos distingue a los humanos de otros animales. Las emociones nos ayudan.
Sentir rabia, miedo, alegría o asco es algo tan natural como el respirar. La pregunta fundamental es saber para que nos sirven y si esas emociones nos ayudan en nuestras interacciones diarias con la familia, los amigos, en el trabajo o con nuestra pareja.
El problema no está en no sentirlas, pues eso es imposible. No podemos negarlas ni ocultarlas. El tema está en expresarlas pero de manera controlada y que eso no genere una dificultad en nuestras interacciones. Saber ponerlas nombre y saber cómo exteriorizarlas de manera adecuada es lo difícil y lo que requiere en ocasiones de ayuda.
Los profesionales de la psicología solemos hablar de “control emocional” como una característica deseable de nuestra conducta. Las dificultades la vida, los miedos, las situaciones novedosas o los imprevistos suelen poner a prueba con mucha frecuencia a nuestro “control emocional”.
La educación juega un papel fundamental en todo este asunto. Aquí yo también diría que el género permite a las mujeres expresar emociones con mayor libertad que a los hombres con los pros y los contras que esto supone.
También puede ocurrir que en ocasiones nos dejemos dominar por los impulsos y nos descontrolemos o podamos tener dificultad para decir lo que sentimos, actuando entonces de manera agresiva frente a algo que nos disgusta o tener apatía para expresar el afecto y el cariño.
En innegable que todos tenemos un carácter con el que nacemos pero las emociones podemos aprender a entenderlas y por tanto a modularlas con lo cual se nos abre por delante un importante camino que depende mucho de nosotros y de nuestro propio trabajo y crecimiento personal.
Vivir en armonía y convertirnos en personas maduras, equilibradas, responsables y felices exige reconocer y percibir nuestros sentimientos de manera apropiada y precisa, es decir, entender, asimilar y comprender adecuadamente las emociones en el momento en que éstas se presentan.
En eidem velamos por el control emocional como una meta a conseguir en nuestro camino hacia el bienestar.