En Terapia Cognitivo Conductual, es muy habitual que se pida al paciente que realice tareas entre sesión y sesión.
Motivos
Una de las primeras cosas que hay que desmontar en las primeras sesiones, es esa idea, de que al psicólogo se va a hablar y que hablando se consigue la mejoría. En la consulta se habla, desde luego que si, pero no es sólo eso. El paciente debe tener muy claro que además, su evolución va a depender de como trabaje por superar su dificultad, sea la que sea.
La semana es muy larga y las sesiones de terapia suelen durar sólo una hora semanal, durante ese tiempo, entre otras cosas, se revisa el trabajo hecho durante la semana anterior, se trabaja sobre ello identificando y desmontando si es preciso ideas erróneas y se sientan las bases del trabajo que deberá realizar la persona durante la semana siguiente. Además, se refuerza el trabajo bien hecho y se valoran las dificultades que va encontrando el paciente a la hora de realizar esas tareas o de enfrentarse a sus dificultades cotidianas.
Tareas habituales en el proceso de terapia.
No siempre las tareas son las mismas, cada paciente es diferente y tiene unas necesidades propias. Dependiendo del problema que tenga la persona que acude a consulta y sus características, se mandan unas u otras. A veces el psicólogo, elabora las tareas ajustándose a un paciente concreto, para buscar la forma de ayudarle a solucionar su dificultad.
Test y Cuestionarios de recogida de información.
Al inicio de la terapia sobre todo, se mandan estos formularios como forma de recogida rápida de información que ahorra mucho tiempo con algunos pacientes. Estos test pueden ayudar al diagnóstico inicial, si fuese necesario.
Autoregistros.
Este es el ejercicio por excelencia en Terapia Cognitivo Conductual. La Terapia Racional Emotiva se basa en acceder a nuestra parte cognitiva irracional y muchas veces inconsciente. El control de nuestros pensamientos son la clave para el cambio necesario.
Se trata de anotar a lo largo de la semana situaciones que han ocurrido y donde la persona no ha podido controlarse o le ha generado emociones negativas. Debe anotar diferentes aspectos según el caso y el momento de la terapia en que se encuentre. Esta herramienta de trabajo le da al terapeuta una información muy valiosa para poder ayudar a su paciente.
Técnicas de relajación
En aquellos casos en los que la ansiedad interfiere en la mejoría es necesario practicarla. Se pueden realizar en terapia una vez a la semana, pero es más eficaz que el paciente la haga en casa, ya que puede practicarla mucho más a menudo y valorar en la sesión las dificultades relacionadas con ello, si las hubiera.
Exposiciones
Sobre todo en el caso de fobias u obsesiones, se trabaja mediante exposiciones progresivas a los estímulos temidos, en inicio en la consulta y después según el caso a lo largo de la semana.
Ejercicios específicos
Suelen ser diferentes ejercicios escritos donde se ayuda a la persona a reflejar emociones personales profundas, que en ocasiones y por diversos motivos nunca se habían destapado y que permanecían ancladas en la persona, bloqueando ciertas conductas sanas y necesarias para el buen desarrollo personal de quien lo sufre.
Son ejercicios con los que se trabajan diferentes aspectos:
Autoestima.
Asertividad.
Habilidades sociales.
Culpa.
Traumas.
Celos
Ejercicios para terapia de pareja, etc.
En contra de lo que mucha gente piensa, el psicólogo no es el protagonista que va a conseguir el cambio del paciente, es más bien, quien acompaña y guía en el proceso y quien marca el trabajo que debe realizar el propio paciente para alcanzar su bienestar.