Si sobrevivir al día a día puede ser todo un reto, que será si además le añadimos el tener que revisar las cosas que hacemos varias veces, el no poder tocar a nada ni a nadie por miedo a contagios, lavarse las manos varias veces, tener que ordenar las cosas de un modo particular, miedo a ser heridos o herir a otros o verse obligado a hacer cálculos mentales en cualquier situación cuantificable.
Estos son sólo alguno de los síntomas que acompañan a las personas que padecen TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo).
Qué es el TOC
Este trastorno es una de las cinco enfermedades psiquiátricas más frecuentes y una de las 20 más discapacitantes. Se trata de un problema neuorlógico que genera un trastorno de ansiedad caracterizado por pensamientos obsesivos y conductas compulsivas.
Los pensamientos y conductas del TOC causan angustia, temor e inseguridad. La razón por la que el TOC interfiere con sus vidas es que ellos no pueden detener estos pensamientos o rituales, de tal modo que, por ejemplo, en ocasiones faltan a la escuela, al trabajo, a reuniones con amigos o no son capaces de realizar su actividad diaria al consumirle gran parte de tiempo.
En qué consiste
La persona que lo padece tiene una serie de pensamientos obsesivos, recurrentes y persistentes que generan inquietud, temor, ansiedad o aprensión y que es difícil conseguir que paren.
Estos pensamientos obsesivos, que resultan bastante incómodos, a su vez generan en la persona una serie de actos repetitivos cuyo fin es evitar las consecuencias de los propios pensamientos. La persona puede reconocer que son actos absurdos, pero aún así, si no los realiza, aumenta la ansiedad.
Por lo tanto, las ideas obsesivas son los pensamientos que se repiten y que generan ansiedad.
Las conductas repetitivas o rituales que realiza la persona para controlar los pensamientos y que aparentemente sirven para disminuir la ansiedad son las compulsiones.
Por poner un ejemplo, el miedo al contagio de gérmenes sería la idea obsesiva y la compulsión sería el tener que lavarse las manos 10 veces cada vez que toca algo.
Cuándo puede aparecer
El TOC suele empezar a manifestarse durante la infancia o la adolescencia. Su evolución suele ser progresiva, aunque puede aparecer también de forma repentina por estrés o ante un acontecimiento concreto que actúa como desencadenante.
Tipos de pensamientos obsesivos:
Impulsos: que se caracterizan por ser agresivos y tener miedo irracional a causar cualquier tipo de daño a las personas más cercanas.
Temores o fobias: generalmente enfocados al temor de contaminarse al tocar cualquier cosa o ser tocados por alguien o la obsesión por defectos físicos que perjudican su imagen corporal o actitudes hipocondriacas.
Ideas: que se manifiestan por una obsesión por el orden, la limpieza, el transcurrir del tiempo, tener que cuantificarlo todo, etc.
Dudas: que les llevan a comprobar todo de forma reiterada para evitar problemas o catástrofes: la cerradura de casa, la espita del gas, las ventanas, la luz.
Síntomas del TOC
Los siguientes síntomas acompañan a las personas que padecen TOC.
Intolerancia a la incertidumbre: todo tiene que estar bajo control para obtener seguridad, ya que tiene grandes dificultades a la hora de afrontar situaciones inesperadas o desenvolverse en situaciones ambiguas.
Sobreestimación de la amenaza: se magnifica la probabilidad de que ocurra una catástrofe.
Perfeccionismo: no toleran errores y todo tiene que ser perfecto, por lo que se revisan las cosas una y otra vez.
Responsabilidad excesiva: se construyen reglas y esquemas de conducta que se ponen en práctica cuando siente la carga de la responsabilidad.
Importancia de controlar los propios pensamientos: necesitan controlar los pensamientos para no pensar en determinadas cosas que les angustian.
Rigidez de ideas: las ideas inamovibles les da seguridad.
¿Existe ayuda?
La terapia cognitivo conductual es especialmente útil para tratar el TOC. Esta terapia enseña a la persona diferentes maneras de pensar, actuar y reaccionar a situaciones y estas diferentes maneras de hacer las cosas ayudan a la persona a sentirse menos ansiosa y temerosa sin tener pensamientos obsesivos o sin tener que actuar de manera compulsiva.
Si tienes alguna duda, puedes consultar con tu médico o con un profesional de la salud mental. En eidem podemos ayudarte.