¿Por qué mi hijo o hija no duermen bien?. Vamos a tratar de dar luz a esta cuestión que no sólo afecta a los menores sino también a los padres y madres.
Causas
Primero debemos descartar que no se deba a un problema médico, o al consumo de algún tipo de medicamento, o si sufre alguna enfermedad crónica. Es probable que estas circunstancias, puedan estar repercutiendo directamente en su descanso.
Otras causas relacionadas, son los malos hábitos de sueño. La iniciación del sueño no sólo se debe a nuestro reloj biológico, sino que requiere de una serie de conductas que tenemos que ir aprendiendo desde pequeños. Éstos comportamientos que realizamos se convierten en rituales facilitadores de sueño, que si faltan nos impiden dormir o lo dificultan.
El los niños los hábitos son fundamentales, y si son correctos les aportarán gran seguridad. Una adecuada rutina en ellos es fundamental para desarrollarse. Por ello hay que detectar la existencia de malos hábitos que puedan estar influyendo directamente en su descanso, tales como:
Horarios Irregulares.
Una larga siesta por la tarde.
Estar inquieto antes de irse a dormir.
Estrés provocado por temas familiares o sociales.
Miedos infantiles.
Los menores no son ajenos a los trastornos del sueño, por ello, aunque sus necesidades varían considerablemente conforme van creciendo, tendremos que estar atentos si la calidad de su descanso es el adecuado. Ver si durante el día están somnolientos, o si por las noches cuando se despiertan, no pueden volver a dormirse. Sea cual sea la causa, la respuesta de los padres y madres debe ser de apoyo.
Pautas
Por lo tanto, si el problema se considera médico deberán acudir a un especialista. Si por el contrario hay sospechas de que se deba a un mal hábito o problemas conductuales, los profesionales de la psicología proponemos que lleven a cabo una serie de pautas:
Es conveniente colocar durante la noche, en la cuna o cama, sus objetos favoritos. Así si se despierta por la noche, siente tranquilidad además de asociarlos al descanso.
Es imprescindible que la habitación donde duerme sea confortable, con una adecuada temperatura, oscura, sea tranquila y silenciosa.
Acostarle hasta que se quede tranquilo en su habitación.
Que vaya a dormir todos los días a la misma hora y se lleven a cabo una serie de rituales, como leer un cuento una vez que se haya tumbado en la cama.
Es fundamental ir avisando al organismo que ya toca irse a la cama, por ello buscamos actividades que lo vayan desactivando, como tomar un baño antes de irse a dormir
Si se despierta llorando, no debemos acudir a su llamada de forma inmediata, esperaremos unos 2 minutos, el objetivo es que sea capaz de volver a dormir solito y cada vez necesite menos de nuestra ayuda.
Si vuelve a llorar o no se calma, lo tocaremos para que se sienta tranquilo y atendido, pero no es conveniente cogerlo y sacarlo de la cuna/cama. Previamente tendremos que habernos asegurado que no se debe a ningún problema físico.
Si mantenemos estas rutinas, poco a poco irá sintiendo mayor seguridad y poco a poco irá aprendiendo a dormirse sólo y sus despertares cada vez serán más cortos. Dale a este tema la importancia que merece. #eidem #sueño infantil