La carga mental, referido al tema del que hoy me gustaría escribir, por definición es un concepto que señala un desequilibrio en el reparto de las tareas mentales relativas a la organización y planificación de la vida doméstica y familiar. Como ya os podréis suponer, esta tareas recaen principalmente sobre las mujeres. Hablamos de tareas mentales no tareas ejecutadas en el día a día donde creo que también podemos decir que las mujeres vamos por delante según marcan las estadísticas relativas al número de horas dedicadas frente a los hombres
Para desarrollar un poco más esta cuestión y que nadie piense que esto es una menudencia creo que igual es importante que delimitemos de qué tipo de tareas mentales estamos hablando: Qué se va a comer, cenar, desayunar y merendar en casa todos los días del año, y que por supuesto este equilibrado, si hace falta comprar ropa o zapatos para los niños o cosas para el día a día del cole, hacer la lista de la compra, qué ropa se pondrán cada día los niños/as, ver los requerimientos de la guardería o del colegio, organizar la ayuda doméstica (cuándo, quién, qué), todo el tema de cumpleaños de amigos y compra del regalo, estar pendiente de las revisiones médicas de los hijos y atender imprevistos de salud, recordar citas del veterinario, en el caso de tener mascotas, organizar quién va a cuidar de los menores los días no lectivos laborables, organizar las fiesta de cumpleaños de los hijos, ver la compra de regalos de Navidad, Ratoncito Perez y fiestas varias, ver cuándo hay que cambiar las sábanas de las camas y las toallas de los baños, ver el cambio de armario (sacar/guardar ropa de temporada), qué hay que meter en la bolsa del bebé o en las maletas niños en caso de viaje, atender al estado emocional de los niños (conflictos en el colegio, peleas hermanos, estado de ánimo del niño…).
Y seguro que me estoy dejando alguna.
Todo este montón de tareas recae principalmente sobre las mujeres. De ahí el concepto de “carga”. Porque lo invisible pesa, y mucho.
Los datos dicen que el 54% de las mujeres declara ser la principal responsable de las tareas de planificación y de organización de la vida familiar, frente al 16,9% de los hombres.
Las expectativas sociales conducen a las mujeres a asumir el papel de administradoras del hogar, lo que les lleva a responsabilizarse de los aspectos menos agradables de la vida familiar.
“las madres tienen la responsabilidad principal del cuidado de los niños y la vida familiar. Cuando piensan en los asuntos de familia, tienden a enfrentar los aspectos menos agradables, como tener que programar una cita con el médico para un niño enfermo, por lo que son más propensas a estar preocupadas”
Aunque ambos trabajen fuera, las mujeres siguen cogiendo el rol de “jefas” del hogar, mientras que los hombres se posicionan en un papel secundario, el de ayudante:
Ellos esperan recibir “órdenes”, indicaciones, peticiones de tareas ejecutables pero pasan por alto (y ellas muchas veces también) que planificar, gestionar, organizar… ¡ya es un trabajo en sí mismo! Mental, sí, pero trabajo. ¿O no contratan las empresas personas para que hagan estas funciones?
Y aquí es cuando surge el desequilibrio.
Hay un dato profundamente revelador: Los niveles de hormonas del estrés descienden en los varones cuando llegan a casa, al contrario que lo que les sucede a las mujeres.
El 8 de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer porque desgraciadamente aun no se ha conseguido la igualdad real entre hombres y mujeres y los datos ofrecidos en este artículo son una prueba evidente de ello.
¡!!!Visibilicemos y valoremos el trabajo mental, intelectual y emocional de las mujeres!!!! Equilibremos la balanza. En eidem podemos ayudarte.