La violencia contra las mujeres se ejerce en cualquier edad, pero el incremento es notable entre personas jóvenes que normalizan conductas vejatorias y violentas haciéndolas pasar por bromas entre amigos.
El consumo de porno en edades tempranas y sin control tiene mucho que ver con esto y no beneficia a ningún género, ya que es algo que no tienen madurez para procesar e integrar. Les cuesta discernir lo que es real de lo que es pura ficción. Formarse en educación sexual a través de la pornografía lleva a normalizar conductas agresivas donde la mujer suele ser la víctima.
Siempre ha habido pornografía pero el acceso en épocas pasadas no era tan fácil, y se comenzaba la fase de pareja y relaciones sexuales en etapas más tardías del ciclo vital. Las tecnologías están adelantando este proceso donde la inercia de Instagram y otras redes social lleva a un postureo adulto en jóvenes que no tiene la madurez para hacer una gestión adecuada. Poner fin a esto, es responsabilidad del conjunto de la sociedad, empezando por las familias.
MITOS DE LA VIOLENCIA EN JOVENES
Los mitos provienen de ideas disfuncionales sobre lo que debe ser la relación de pareja o cómo debe ser la relación entre chicos y chicas. El mantenimiento de estos mitos hace que el problema se mantenga en el tiempo y se normalicen conductas que se van agravando en la vida adulta.
“Es normal que se griten, los jóvenes se relacionan así, es propio de su edad.” LAS BRONCAS VIOLENTAS NO SON NORMALES NI ADECUADAS EN NINGUNA EDAD. La agresividad y conductas de dominación de los chicos hacia las chicas, son violencia de género.
“Utilizar palabras como: Zorra, ninfómana, puta, etc, no es un insulto, es algo gracioso, bromas entre amigos” LOS INSULTOS SIEMPRE SON UNA FALTA DE RESPETO HACIA QUIEN LOS RECIBE. Normalizar algo así es caminar hacia una sociedad incapaz de mantener unas relaciones sanas entre iguales.
“Es normal que haya celos en pareja, de hecho es un muestra de que le importas” LOS CELOS NUNCA SON MUESTRA DE AMOR, SINO DE CONTROL, INSEGURIDAD Y DESCONFIANZA. Las conductas de celos son propias de personas inseguras que quieren mantener a su pareja a su lado a través del control violento. Ceder antes esto es un error que conduce a la destrucción de la pareja y a la personal también.
“Me merezco que me agredan yo me arreglé para esa cita” NADIE TIENE DERECHO A TOCAR EL CUERPO DE OTRA PERSONA CONTRA SU VOLUNTAD, DA IGUAL LA CIRCUNSTACIA, LA CULPA SIEMPRE ES DE QUIEN AGREDE.
“Es normal que mi pareja quiera estar conmigo todo el rato y no le guste que quede con otras personas” EL AISLAMIENTO SOCIAL NO ES NORMAL, ESTÁ EN LAS PRIMERAS FASES DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO. Tenga o no tenga pareja lo saludable es seguir trabajando un buen círculo social y familiar. La relación de pareja no debería ser lo único.
“Un joven no es consciente de que esté agrediendo, son muy jóvenes para eso, la violencia es de los adultos” LOS AGRESORES SABEN LO QUE HACEN SIEMPRE. Puede que no tengan la madurez para ver el alcance de lo que hacen, por eso la influencia de sus referentes adultos es fundamental para que eduquen en igualdad.
La sociedad tiene la responsabilidad de poner fin a esto, cada persona puede y debe trabajar estos aspectos erróneos y si convivimos con menores, hay trabajar en dejar muy claros estos conceptos.
Que una víctima de violencia sienta culpa tiene mucho que ver con la educación recibida y la visión que tenga su familia de origen respecto a la violencia de género, que durante años, se ha normalizado al vivir en el contexto de una sociedad donde el machismo sigue muy presente.
CONDUCTAS VIOLENTAS
La violencia se ejerce en diferentes contextos, algunos son muy sutiles y nos cuesta verlos como violencia, pero todas aquellas conductas que sometan desde la desigualdad de poder del hombre sobre la mujer es una violencia a la que debemos permanecer atentos por sutil que sea.
La violencia de género no sólo se ejerce con un golpe o una paliza, la violencia puede ser psicológica, social, económica, sexual, física…
Atendamos a conductas de este tipo, que deben alertarnos sobre el tipo de relación que tenemos:
Abusos verbales y emocionales.
Recibir insultos, desprecios o burlas.
Expresión beligerante de celos y desconfianza.
Humillaciones ante otras personas.
Amenazas de agresión física.
Contacto sexual no deseado, forzar a determinados juegos sexuales.
Manipular amenazando con poner fin a la relación si no se accede a determinadas prácticas sexuales.
Control de las llamadas del móvil y redes sociales, acceder a las cuentas personales, sustraer las contraseñas.
Llamadas constantes para saber dónde y con quien se encuentra.
Controlar la forma de vestir, el pelo, el maquillaje.
Controlar el aspecto físico, manipular sobre la propia percepción del cuerpo: “Estás muy gorda”. “Deberías tener más pecho –o menos pecho–”.
Darle empujones, pellizcos, tirones de pelo.
Apartarla de alguna amiga o amigo. Hablar mal, malmeter contra personas importantes para ella.
Ser capaces de reconocer la violencia de género es el primer paso para poder detenerla. Si educamos en igualdad desde edades tempranas, será mucho más fácil poder dejar atrás el pasado y caminar hacia una sociedad, donde mujeres y hombres se traten con el mismo respeto.
Es responsabilidad de tod@s, trabajar por una sociedad sin violencia de género.