Conocemos como afecta a la familia el tener un miembro enfermo, pero si esta enfermedad le hace dependiente y tenemos que ser sus cuidadores esto puede alterar nuestro estado físico y emocional.
A estas personas que se dedican a este cuidado se les llama “cuidador principal” y cuando este cuidado se alarga en el tiempo no siempre somos conscientes del impacto que tiene esta dedicación en nuestro bienestar.
Analicemos algunos de los efectos que puede tener en la salud de la persona que cuida:
- Agotamiento físico. El hecho de estar al cuidado de alguien dependiente supone un esfuerzo en la atención y el número de horas que se le dedica.
- Alteración del sueño. Si el cuidado también hay que realizarlo por la noche o necesita cuidado nocturno hace disminuir el número de horas de sueño y alterando su ritmo.
- Aumento de ansiedad. Este estado de alerta continuo y la falta de descanso mantenida en el tiempo hace que la persona cuidadora manifieste síntomas de ansiedad debido al estrés al que está sometida.
- Presencia de síntomas depresivos. El dolor por el sufrimiento del familiar y la ruptura con la cotidianidad hace que la persona que cuida manifieste tristeza, desgana y falta de ilusión.
- Malestar emocional. El deterioro del familiar, la actitud de este ante su enfermedad y como a veces lo vuelca en la persona cuidadora puede generar en ésta pensamientos y emociones negativas.
- Insatisfacción ante la vida por la situación que vive y la sensación de responsabilidad que le llega a agotarle.
- Aislamiento social. Las relaciones sociales se ven limitadas por falta de tiempo y las conversaciones se suelen centrar en la enfermedad del familiar.
Si eres una persona cuidadora es importante que sepas cómo minimizar estos efectos. Alguna de estas recomendaciones te puede ayudar.
- Acepta la ayuda de los demás, indicando claramente lo que necesitas.
- Márcate metas realistas, no seas autoexigente.
- Comparte sentimientos y preocupaciones con personas de confianza, esto te ayudará a contrastarlas y ver otras opciones.
- Realiza actividades que te mantengan activa y te ayude a desconectar.
- Evita el aislamiento social quedando con amigos o manteniendo conversaciones telefónicas.
- No te culpes cuando las cosas no salen como habías previsto. Confía en tu capacidad de afrontar los problemas.
- Acepta que a veces puedas tener sentimientos contradictorios, afronta los pensamientos negativos y tómate tu tiempo antes de reaccionar.
- Escucha tus propias necesidades y dedícate tiempo. Si tú estás bien, los demás también están bien.
Si ves que esta situación está deteriorando tu estado emocional puedes pedir ayuda a un profesional que te acompañe en este proceso.
eidem, generando bienestar.