La depresión es un trastorno emocional que se manifiesta como un estado de falta de energía y sentimiento incapacidad e infelicidad , pudiendo tener distinta duración.
Suele afectar a la persona en cuatro niveles diferentes:
fisiológico: se caracteriza principalmente por falta de energía para realizar cualquier actividad.
motivacional: se caracteriza por dificultad para disfrutar de las cosas o situaciones que antes nos gustaban.
cognitivo: se caracteriza fundamentalmente por desesperanza, pesimismo y por ver un futuro incierto.
biológico: por alteraciones de los ritmos sueño-vigilia, pérdida de peso, pérdida de apetito, disminución del deseo sexual...
Cuando llega un paciente a consulta, estos serían los síntomas que nos harían pensar en una depresión. Para verificarlo, el profesional realizará una evaluación a través de las siguientes pruebas:
A través de la entrevista obtenemos información muy valiosa parea la terapia. Hacemos preguntas acerca de los aspectos de su vida, sus vivencias y experiencias.
Posteriormente se procede a hacer una evaluación psicológica a través de pruebas y herramientas evaluativas según la información que necesitemos.
Después de la evaluación, el terapeuta realiza la devolución de información al cliente. Esta sesión tiene un componente terapéutico importante, ya que es donde el cliente toma conciencia de qué le pasa, por qué y que hace que se mantenga.
A continuación, se adiestra al paciente en el registro de pensamientos, estados emocionales y situaciones en los que se desarrollan. Esta tarea nos puede proporcionar información muy valiosa acerca de las posibles creencias irracionales y limitantes del cliente.
Las técnicas que mejor funcionan son las utilizadas por la terapia cognitivo-conductual:
Reestructuración cognitiva. Se le explica al cliente que muchas de sus conductas, emociones y sentimientos son normales debido a su estado de ánimo. Es importante involucrar y motivar al cliente en la terapia, para conseguir un compromiso por su parte, además de fortalecer la alianza terapéutica.
El siguiente paso es trabajar la activación conductual, es decir, la planificación y programación de tareas de forma gradual para ir cogiendo ritmo y que cada vez se sienta más capaz.
Al mismo tiempo es adecuado entrenar las capacidades de resolución de conflictos, asertividad, habilidades sociales, autoestima y exponerse a situaciones reales para poder ejercitarlas.
Del estado depresivo se puede salir, pero hay que dar el primer paso que es reconocerlo y ponerse en manos de profesionales que te puedan ayudar.
Eidem, generando bienestar.