Intentar comprender a los demás es la base de las relaciones sociales.
El origen de la empatía
Científicamente podemos decir que el origen de la empatía son las neuronas espejo, las cuales se activan en respuesta a los actos y emociones de los demás, en una especie de intento del cerebro por experimentar lo que el otro experimenta. De ahí, por ejemplo, que bosteces cuando el otro bosteza o sonrías cuando te sonríen.
¿Qué es empatizar?
Empatizar con alguien es simplemente lograr que esa persona se sienta comprendida. Si lo consigues, serás capaz de cambiar el rumbo de una relación en un instante. El efecto de las neuronas espejo provoca que tu interlocutor se sienta entendido y quiera entenderte a ti también. Eso ocurre cuando reflejas sus emociones o le dices que entiendes lo que siente.
Ventajas de tener empatía
Así pues, ser empático tiene varias ventajas:
·Caerás mejor a la gente. Las personas empáticas tienen un círculo social más amplio, son “populares”.
·Serás mucho más persuasivo. La capacidad de entender y ponerse en el lugar del otro te permitirá saber qué puedes ofrecer a esa persona para que confíe en ti.
·Te convertirás en el centro de atención y te harás escuchar. Los empáticos se comunican de forma eficaz y suelen tener unas relaciones sociales más satisfactorias porque habitualmente hablan de cosas que importan a los demás.
·Mejorarás tu capacidad de liderazgo y motivación cuando empieces a entender los deseos y necesidades de la gente.
·Comprenderás rápidamente qué les pasa a los demás a través del lenguaje no verbal, y podrás reaccionar en consecuencia.
Al éxito por la práctica
La empatía se puede considerar una virtud, pero en realidad es algo que podemos trabajar para mejorarlo. Cuando entendemos a los demás estamos menos a la defensiva, acompañamos a la persona en sus emociones y nos ayuda a generar mejor vínculo con ella.
Te mostramos 6 ejercicios para mejorar tu empatía
1. Deja de escuchar durante 5 minutos y fíjate en otras cosas. A menudo damos más valor al significado de las palabras que al resto de información que somos capaces de percibir. Tono, postura, expresión, mirada, silencios… A través del lenguaje no verbal captas toda esa información de forma inconsciente, pero nos pasa desapercibido al dar más importancia a las palabras habladas. Así pues, haz callar a tu razón y dale una oportunidad a tu intuición.
2. Para entender a alguien intenta imaginarte qué le motiva a hacer lo que hace. Piensa en alguna dificultad que pueda encontrarse día a día. Esto te ayudará para mejorar la comunicación con tus familiares, compañeros o amigos. Reflexionar sobre eso un momento antes de hablar con esa persona, puede incrementar tu empatía.
3. Haz que la otra persona también ponga de su parte. Para que se abra más sencillamente pregunta ¿Cómo estás? y espera. Gira tu cuerpo hacia ella ofreciéndole toda tu atención. No lo hagas sólo por cortesía. Incluso tocarla ligeramente en la parte superior del brazo puede hacer que se sienta más comprendida y libre de expresarse.
4. Con lo que te diga, no intentes exponer tus conclusiones. Evita decirle “Tu problema es que…”. Si percibe que le entiendes no se sentirá solo en su problema y se abrirá más. Si cree que le vas a sermonear, se cerrará.
5. Parafrasea y reformula su mensaje añadiendo la emoción que creas que está experimentando. “Así que te incomodó que te dijera eso… Creo que eso te puede hacer sentir más vulnerable, ¿es así?”. Se sentirá más comprendido y lograrás que pase de hablar de hechos a hablar de emociones. Y esa es la clave de la empatía
6. Sal varias veces al día de tus zapatos para ponerte en los de los demás. Intenta no juzgar la situación desde tu prisma para colocarte en el prisma de la otra persona.
Practica estos ejercicios y verás cómo poco a poco te sale de forma natural y sin tener que pensarlo. Habrás logrado mejorar tu empatía.
Eidem, generando bienestar.