Cuando mencionamos la palabra creo que casi todos/as la asociamos a sensaciones poco menos que poco agradables, pero hay una soledad que podríamos llamar transitoria y que va a formar parte de nuestras vidas y que es normal, adaptativa y sana. También es cierto que existe otra soledad que es la crónica.
Se dice que es transitoria porque es pasajera y puede ser causada por ejemplo por una enfermedad que te obliga a estar en reposo, o por una etapa de tu vida en la que te encierras a trabajar, por un desengaño amoroso, una pérdida de objetivos e ilusiones en la vida. Si nos damos cuenta incluso puede que este tipo de soledad la busquemos porque estemos pasando por un momento de nuestra vida donde necesitemos
consciente o inconscientemente aclarar la mente, las ideas o nuestros sentimientos. Esto es positivo pues te ayudara a reconducir y tomar decisiones.
Con la soledad transitoria una vez superado el duelo, acabarás echando mano de alguien a quien le importas: Llegará un momento en que tu dolor en soledad se volverá más insoportable que tus pocas ganas de relacionarte con otras personas. En ese momento, empezarás a buscar más compañía y pondrás fin a la situación.
La soledad crónica por el contrario es la preocupante, porque es la que no te deja por demasiado tiempo relacionarte con nadie.
Tanto tiempo, que el mero hecho de pensarlo te produce una angustia aún más grande que el dolor inicial que provocó esa soledad.
Si crees que este es tu caso… una de dos: o te conviertes en la persona más valiente del mundo y consigues dar el primer paso por ti mismo, o buscas ayuda profesional.
Estaremos de acuerdo en que el momento en que te das cuenta de que estás muy solo se convierte en un mazazo a tu autoestima. Empiezas a pensar qué has hecho mal, por qué no le importas a nadie. Somos seres sociales y por muy independientes que seamos esto nos podría afectar.
La buena noticia es que la soledad crónica no tiene por qué durar para siempre. Solo que se vuelve tan larga que se convierte en insana y produce o podría agravar la depresión.
En eidem podemos ayudarte