La depresión no se origina por las cosas que nos pasan, si no por cómo interpretamos las cosas que nos ocurren. Este es un gran descubrimiento ya que según este modelo, la depresión sólo son pensamientos, y mis pensamientos son míos, los genero yo por tanto, yo puedo modificarlos. Identificar los patrones cognitivos erróneos que me provocan esa tristeza que no se va y modificarlos es la clave contra la depresión.
Dicho así parece fácil, pero la realidad es que a veces no somos conscientes de cuales son esos pensamientos y en otras, aún sabiendo cuales son, no sabemos pararlos o modificarlos, es un aprendizaje que hay que hacer cuando trabajamos la depresión.
TRIADA COGNITIVA
Aaron Beck, el padre de la psicología cognitiva ofrece un modelo que explica porqué se produce la depresión. El definió el concepto de tríada cognitiva para explicar la depresión.
Estaría formada por:
Visión negativa sobre uno mismo. “todo me sale mal, no sirvo para nada, nadie me quiere, mis ideas no sirven, no soy capaz, no lo haré bien, etc.”
Visión negativa sobre el mundo. “la vida no merece la pena, las personas son malas, el mundo es complicado, caminamos hacia el fracaso, etc.”
Visión negativa sobre el futuro. “nunca conseguiré nada, siempre voy a estar enferma, me quedaré siempre sola, no voy a poder trabajar y mantenerme, etc.”
La visión sobre la vida, por tanto es un pensamiento, una forma de interpretar lo que nos ocurre y por tanto se puede modificar.
COGNICIONES ERRONEAS
Además hay algunas cogniciones erróneas que suelen estar presentes en todos los procesos depresivos:
Querer cambiar las conductas de los demás y enfadarse si eso no ocurre. Frases como “es que él o ella deberían darse cuenta de…” es algo que puede prolongar años mi frustración. Nunca debemos plantearnos objetivos que no dependan de nosotros mismos.
Poner el foco en aquello que me falta ignorando aquello que sí tengo y restándole valor. Nunca carecemos de todo, pero yo sólo pienso en que me falta dinero o mi pareja no tiene detalles conmigo o mi hija no me llama, puedo perder la perspectiva y no ver que tengo buenas amigas, una salud que me permite disfrutar de las cosas o ser consciente de como me reconforta leer un buen libro o hacer un plato especial.
Hacer interpretaciones erróneas en base a nuestros miedos. Por ejemplo, pensar que la gente me mira cuando voy por la calle y me critican. Este suele ser un pensamiento frecuente que nos contamos y del cual no tenemos ninguna evidencia, pero contarnos algo como eso hace que no queramos salir a la calle y las conductas de evitación agravan el problema.
Vivir en el pasado. Cuando rumiamos constantemente las cosas que nos han pasado, riñas familiares, palabras que nos han herido, sucesos desagradables de nuestra historia, etc, lo que hacemos en mirar atrás cargando con una pesada mochila piedras que no nos dejan avanzar.
INACTIVIDAD CONDUCTUAL
Por supuesto hay que valorar si además de cogniciones erróneas hay conductas que modificar, Por ejemplo la activación conductual ha resultado una técnica fundamental y es lógico. Aislarse y dejar de hacer cosas, es propio de este trastorno y al inactivarme, se reduce el refuerzo que me provoca la propia actividad y el refuerzo social, lo que conduce a la depresión. Si yo activo mi vida y empiezo a sentir ese refuerzo mi estado de ánimo mejorará y cada vez tendré más ganas de hacer nuevas actividades.
La depresión no es algo que la persona se invente, ni es estar triste, ni es una llamada de atención. Es un trastorno que nos lleva a interpretar el mundo de forma incorrecta y que nos hace mucho daño, no es voluntario, nadie quiere tener una depresión. Hay que aprender a reinterpretar lo que nos ocurre y darle una nueva perspectiva más racional.