El final de las vacaciones, ese duro momento lleno de sinsabores, en el que los adultos retoman su actividad laboral, los jóvenes vuelven a las aulas y la vida se llena de esas responsabilidades que habíamos empezado a olvidar, inmersos en nuestro merecido descanso estival.
En ocasiones cuesta retomar la vuelta a las rutinas volviendo al estrés laboral y teniendo sobre nuestras espaldas la responsabilidad de hacer que nuestra familia siga funcionando adaptándose de nuevo al ritmo de trabajo.
Os ofrecemos unos sencillos consejos que pueden facilitar una feliz convivencia y contribuir a una mayor unión del sistema familiar. Estas ideas se han de adaptar a las características de la familia, y las edades y gustos de sus miembros:
Realizar proyectos a medio plazo en familia, según las edades de vuestros hijos, una excursión a la montaña, un viaje, visitas a museos, al zoo, parques temáticos, visitar familiares, todo vale siempre que toda la familia comparta la ilusión por esa actividad programada y la realicen todos sus miembros.
Los fines de semana dedicaremos un rato a realizar una actividad lúdica en familia. Un rato de juegos de mesa con nuestros hijos, un poco de deporte, cocinar juntos, hacer bricolaje, puzzles… Cada familia debe descubrir qué actividades pueden ser las más apropiadas para compartir un rato agradable todos juntos.
Las familias discuten, es normal, el objetivo nunca puede ser no discutir, pero si no se gestionan bien esos conflictos pueden erosionar las relaciones. Ante los problemas y discusiones, dejaremos pasar un tiempo prudencial para eliminar la carga emocional negativa y después propondremos un tiempo de reflexión y puesta en común en el que cada uno explicará al resto de la familia que le ha molestado y plantear soluciones para evitar que en el futuro ocurran situaciones similares. Y por encima de todo perdonar y olvidar.
¿Cuántas veces entramos en casa y no nos interesamos por cómo les ha ido el día al resto de los miembros de la unidad familiar? O ¿Cuántas veces olvidamos ir a dar las buenas noches a nuestros hijos porque estamos ocupados o simplemente se nos olvida? Estos pequeños detalles marcan grandes diferencias que van estrechando el vínculo.
Dedicar todos los días un rato a comunicaros en familia, intercambiar opiniones, contar experiencias del día, ilusiones, frustraciones, etc.
Muchas personas nos dicen que están muy ocupadas y que no encuentran ese momento. Pero después se sientan a comer todos juntos con la televisión encendida o pasan horas muertas ante el ordenador, tablet, móviles o cualquier otro aparato electrónico que tan útil resulta en nuestras vidas y que tanto daño puede hacernos si nos dejamos controlar por ellos. Si damos a nuestra familia la importancia que merece, dejaremos de ponernos excusas y encontraremos tiempo para ella.
Las vacaciones son muy necesarias, pero recuperar el ritmo puede resultar tan duro que puede hacer que nos centremos en lo que tenemos pendiente y podemos olvidar que vivimos en familia,, que nos importa y que si no se cuida se puede deteriorar. Así pues, mucho ánimo tras las vacaciones, potenciemos nuestras relaciones de familia y disfrutemos de todas las satisfacciones que nos pueden aportar.